Portales interdimensionales.

¿Amigos o enemigos?

"Estaba dispuesto a abonar el campo".

¿Alguna vez os ha pasado que estáis desayunando en una cafetería charlando con la Paqui, la Toñi y el Jorge, cuando os ha dado un apretón motivado por el mal estado del café con gambas y, al ir al servicio, descubrir que es un piso patera? ¿Qué es lo que se hace en esos casos? Pues cuando viene un apretón, viene un apretón.

A Ruperciano le ha pasado, y es que este señor tuvo que salir corriendo seguido por los gritos de catorce familias chinas que viven hacinadas en ese servicio. “Acabo de enterarme gracias a un traductor que me invitaban a cenar y uno quería casarme con una tal Mei” nos explica el señor.

Aterrado por su descubrimiento y con la emergencia cada vez más acuciante, se vio obligado a alejarse algunos metros para salir a un campo. “Estaba dispuesto a abonar la tierra, en serio, estaba dispuesto a agacharme allí y abonar el campo” explica, aún consternado por el suceso.

Pero cuando quiso darse cuenta, Ruperciano se encontró al lado de un grupo de señores del Medievo, personas desdentadas que se lo quedaron mirando con gesto de sorpresa. “Sé que eran del Medievo porque cuando les pregunté quienes eran, me respondieron que señores del Medievo”.

Evidentemente, incomodado por las miradas de aquellos señores vestidos con lo que Ruperciano ha descrito como “sacos de patatas, pero como sucios”, no pudo consumar su acto de “sacar la leña al patio”.

“Pasé varias horas en la edad media, la verdad es que era gente muy simpática, me invitaron a comer sopa y me ofrecieron casarme con su hija a cambio de que trabajase la tierra, pero joder, soy funcionario y tengo un cuñado que es concejal, el año que viene fijo que entro en política” nos explica, preocupado.

Evidentemente, como todos supondrán, el apretón fue a más y, entre un sonido burbujeante y bastante desagradable, Ruperciano se descomió encima. 

"El gobierno no puede hacer nada, está ocupado recortando".

Al final, logró regresar a nuestro tiempo cruzando por el mismo sitio, acudió a un juzgado y denunció al gobierno. La cruzada de Ruperciano empezó en solitario, pero se le han unido montones de personas. “Todos hemos sido víctimas de portales interdimensionales que nos han llevado a otro tiempo” nos cuenta el portavoz del grupo.

Desde personas que se han topado con un portal interdimensional no señalizado, apareciendo en la antigua Grecia, Mesopotamia, una charca llena de australopitecos aburridos, un trozo de tarta, un futuro maravilloso, el final de la crisis y un señor croata que apareció en el mismo tiempo al que pertenece “pero en la casa de mi hermano, y no me hablo con él”.

“Uno de nuestros representados demanda la no señalización de un portal que lo llevó hasta Pandora, donde se desarrolla la película Avatar. Afirma que el lugar existe y que James Cameron estaba allí, ya que le sale más barato descubrir un planeta nuevo que impulsar los desarrollos 3D que necesitaría. El pobre señor se hizo amigo de una tribu, vivió, comió, copuló, desayunó y trabajó con ellos, pero un día se topó con otro portal y no encuentra el de regreso. Habría que señalizarlos” nos explican, consternados.

Desde el gobierno se ha dicho que no es posible, “estamos demasiado ocupados haciendo recortes en educación y sanidad, pero podemos prometer que, gracias a nuestros recortes, dentro de unos años los chavales no tendrán ni idea de lo que es un portal siquiera” nos explican.

Por su parte, Ruperciano, que exigía una indemnización porque tuvo que pasar dos días en el Medievo con los pantalones cagados. “Según el juez no procede, porque en esa época todos iban enguarrados, así que ajo y agua: A joderse y aguantarse”. De hecho, la justicia a aprovechado para ponerle una multa de 500 € por intento de abonamiento indebido en lugares privados y se plantea privatizar los portales interdimensionales, hacer una empresa que de dinero y venderla al sector privado por cuatro perras, cuando ha costado millones a los contribuyentes.

Seguiremos informando.