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lunes, 25 de abril de 2011

Caso de asesinato al descubierto


"Cuando los críos jugaban a la pelota, la Puri salía con la escoba, era una bendita"

El extraño caso de “La Puri” ha sobrecogido al pueblo de Bornos. Sito en la serranía gaditana, es una localidad tranquila, habituada a la paz en la que la gente se saluda por la calle y las ancianas vigilan en la puerta de la farmacia a ver quien compra condones.
La Puri era una desconocida lugareña, tan normal como cualquier otra. Rayaba los coches de los vecinos, metía excrementos caninos por las ventanas abiertas de las casas y amenazaba a los críos con la escoba.
“Era una santa, dios la tenga en su gloria”, nos explica uno de sus vecinos “cuando mi hijo llegaba borracho ella siempre le ponía delante mantequilla para que se resbalase, y si la vecina sacaba el todoterreno nuevo a la calle, allí estaba ella para rajarle las ruedas. La echaremos de menos, ella no se merecía lo que le ha pasado”.
Puri vivía sola en su casa, era una mujer viuda de 46 años, sus tres hijos ya no vivían con ella y su esposo murió de una indigestión tras comerse catorce yogures caducados.
“Ella siempre fue muy suya, pero era buena persona. Cuando pudieron, sus hijos la dejaron sola porque era del PP, y claro, no querían vivir con ella”.
Cuando ayer por la tarde uno de los vecinos reparó en que los niños jugaban en la calle con una pelota, sospechó de que algo no andaba bien, y llamó a la puerta de Puri, sin obtener respuesta. “Me pareció raro, porque no la había visto en dos días y, normalmente, cuando los críos jugaban a la pelota en la calle, ella salía a castigarles el costillar con el palo de la escoba, era una bendita”.
Tras informar a las autoridades, la policía hizo todo lo que pudo para entrar. Llamaron a la puerta, al timbre, gritaron, volvieron a llamar, la llamaron al teléfono, volvieron al timbre… y nada. “Era extraño, porque cuando hago esto (golpea una puerta, sale un señor extrañado), suele salir gente, como puede ver. En casa de Puri golpeé la puerta muchas veces, llegué a pensar que estaba estropeada y no sonaba al otro lado, pero tras intentarlo todo, me rendí”.
Anselmo, hijo mayor de Puri, nos relató: “Me extrañé porque ella todos los sábados me llamaba al teléfono, me decía comunista y rojo de mierda y colgaba, pero antesdeayer no lo hizo, y cuando el domingo me llamó la policía, me temí lo peor”.
Abrieron la puerta no sin esfuerzo, ya que Puri había cambiado la cerradura para que sus hijos no volviesen.

 "La polícia busca tres yogures que viajen fuera"

“Estaba en la cocina, tirada en el suelo con la cabeza abierta y vacía, había una cuchara al lado y una nota en la que ponía Venganza” relata el hijo con dolor aún. La policía no encontró huellas ni nada que pudiese señalar el culpable. “La Puri era una mujer muy suya, ella tenía la costumbre de comer un paquete de ocho yogures diarios, como venganza por lo sucedido a su marido. Sé que suena raro, pero por ejemplo, ella era vegetariana, salvo por los chuletones, que le encantaban, pero no era vegetariana porque amase a los animales como esos hipis de mierda, era vegetariana porque odiaba a las plantas, las amenazaba e insultaba antes de cocinarlas” relata su vecino.
La única pista que encontraron los agentes fueron cuatro yogures (dos de coco, uno de fresa y otro de plátano) totalmente vacíos, y un quinto yogur (piña) abierto a medio comer, el paquete de ocho yogures, del que debían quedar otros tres, no aparece. Debido a estas pruebas y al ensañamiento y posterior devorado del interior de su cabeza, la policía a llegado a la conclusión de que fueron los tres yogures quienes asesinaron y deglutieron parte de Puri. “Sabemos que suena extraño, pero imaginad que sois un yogur, estáis en vuestro paquete de ocho y uno desaparece, luego otro… y así sucesivamente. El yogur no sabe la suerte de sus semejantes si está en la nevera, y crea leyendas, leyendas de un lugar mejor. Pero Puri los ponía ante ella y se los comía. Imaginad que veis como devoran, uno tras otro, a vuestros semejantes, sabiendo que tú serás el siguiente”. Según el portavoz de la policía, los tres yogures restantes debieron verse sometidos a un gran terror y estrés, por lo que se decidieron atacar a la buena mujer. Tras el dueñicidio, a modo de venganza tribal, los yogures decidirían hacerle a su cuerpo lo que ella hacía con los de sus hermanos de paquete: vaciarlo.



Según la reconstrucción de los CSI Carmona, fue el yogur de fresa quien inició el ataque contra la pobre señora, desde las empresas que los distribuyen no se habla de la proximidad entre los yogures y el caos.


 



De momento, en Bornos y alrededores la policía busca a tres yogures que viajen fuera, probablemente de piña, plátano y fresa. Se ha advertido del peligro que suponen, pues al probar la carne humana, es más probable que reincidan o encabecen una rebelión por la libertad y los derechos de los productos lácteos.
Como era de esperar, Zapatero ha sacado un proyecto de ley para dar a los yogures derechos humanos, representantes de Danone han afirmado: “Que el de las dejas deje de hacer el idiota y se dedique a contar chistes de mariquitas, que para eso le pagan”.
Seguiremos informando.

jueves, 7 de abril de 2011

Grupo de violadoras ataca.

“Pensaba que estaba muerta, pero se levantó la mu jodía, joer si se levantó”

Bornos, pequeña población gaditana que ha resistido ahora y siempre a la cultura invasora… y cualquier otra autóctona, está ahora en el centro del huracán mediático debido a los sucesos de la última semana.
“Eran cinco chicas, entre diecisiete y veintitrés años” nos explica el cabo de la guardia civil que estudia el caso para impedir que se sigan cometiendo atrocidades en este hermoso paraje serrano.
Y es que desde hace unos días se han venido produciendo terribles casos de agresiones sexuales por parte de cinco jovencitas, de las que apenas se sabe una ligera descripción. Ya van ocho lugareños violados en tres días, lo que tiene a la gente nerviosa.
“No recuerdo nada, sólo carne, carne por todas partes, bendita carne”  explica Fulgencio Salas, una de las víctimas. Fulgencio, pensionista de ochenta y siete años, paseaba por la Plaza de San Francisco cuando fue asaltado, metido a empujones en una furgoneta y brutalmente violado. “Cuando me desnudaron y me vi la chorra, pensaba que estaba muerto, pero en cuanto me rodearon aquellas muchachas, se levantó la mu jodía, joer si se levantó. Desde entonces me siento mejor, casi no me acuerdo de la artritis, no me duele la espalda y hasta el vuelto a fumar”.
“A mi manolo se lo llevaron, y no sé lo que le hicieron, pero la cara que trae ahora es de más gilipollas todavía”, explica la señora de uno de los afectados, que nos dice: “No me acuerdo de na, pero no podré olvidarlo”.


“Yo sólo digo que deberían pasarse por la iglesia”


Se rumorea que intentaron capturar al escritor andaluz autor de “Los Diez Reinos”, pero el tal J.J. se salvó. “Yo les dije claro, o me compran un libro o no entro yo en furgoneta ninguna”. Y es que hay algunos que han logrado evitar violaciones de forma absurda. “A mí sólo se me levanta si se le gritan consignas socialistas” nos cuenta un pueblerino al que le taparon la boca y lo dejaron por inútil.
Desde que empezaron las violaciones por parte de las cinco muchachas desconocidas, la gente del pueblo parece muy asustada. La Plaza de San Francisco y la Plaza del ayuntamiento, lugares en los que han capturado a la mitad de los agredidos, se ha llenado de jóvenes y ancianos, perfumados y bien vestidos que se hacen los dormidos cada vez que ven pasar una furgoneta. “A mí me secuestraron ayer en la plaza, pero cuando me pusieron a cuatro patas me di cuenta de que era el pescadero”, nos cuenta un madurito de mirada juguetona sin que eso quiera decir nada.
Los testigos no han sido capaces de identificar a las culpables, y lo más aproximado a un retrato robot que se ha obtenido son fotos de pechos, traseros y sandías.

 


Debido al creciente terror en las calles de Bornos, la policía local pone todo su ahínco para evitar desgracias colocando avisos como este en todas las calles.






Uno de los que peor se han tomado la noticia ha sido el párroco local: “Yo no me lo he tomado mal, sólo digo que deberían pasarse por la iglesia, que tal vez ni siquiera denuncie”.
“En cierto modo es peligroso para los bornenses, sin embargo, desde que las violadoras actúan, ha crecido el número de turistas que visitan Bornos, no sólo de España y el extranjero, sino de pueblos cercanos. Y claro, como es evidente así puedo sacar más tajada”, informa el alcalde de Bornos desde un banco en la plaza del ayuntamiento.
Tal vez haya sido por algo terrible, sin embargo, esto ha unido más que nunca a las familias locales, ya que en las plazas se puede ver sentados juntos a abuelos, padres e incluso hijos.
Seguiremos informando.