España tiene barba.

Pero también pelo.

"Veste a la mierda que tiene que votar más gente". 

Se acabó, las elecciones han pasado. Queda atrás el local vacío, los últimos matasuegras que son barridos junto a los restos de confeti y algún que otro preservativo usado, que alguna limpiadora con una hipoteca, hijos y un salario de risa, tendrá que arrojar a la basura.

Todo estaba claro desde un principio, cuando los miembros de los partidos todavía saludaban en las puertas a los votantes de sus partidos (y lanzaban frías miradas a los de los partidos restantes) todo eran sonrisas. “Cuando entré a votar me dieron hasta besos en la puerta, pero en cuanto solté mi papeleta de voto, me empezaron a echar a empujones diciendo: Veste a zurrar mierdas con un látigo, proletario, que tiene que votar más gente”.

Y es que, como suele pasar, el encanto duró hasta que tuvieron lo que quisieron. El día se presenta de resaca para unos y de gestos apáticos para otros. La victoria de Rajoy ha sido definitiva, como se esperaba, tenemos por delante al menos cuatro años de “insidias” y “mireusté”.

Se acabó la campaña, los carteles pegados en cada esquina morirán pasto de los buitres y la vida seguirá con un nuevo presidente al cargo de todo. “Lo primero que voy a hacer es señalar a dedo a ver a quién pongo en el ministerio de economía, al que peor me caiga, que se joda” nos explica Rajoy.

Por si parte, cuando preguntábamos a Rubalcaba qué haría a continuación, no dijo “insultar, lloriquear, amenazar, gruñir… política, en resumen”. Cuando le preguntamos qué pensaba hacer ante el tema de las bodas entre parejas homosexuales nos dijo “me la suda, eso era en la campaña, ya hasta dentro de cuatro años me la suda, me voy a dedicar a cobrar por rascarme los cojones y a gritar cosas sin sentido cada vez que Rajoy abra la boca”.

"Como si votan cuatro personas, mientras me voten a mi..."

Muchos son los españoles que no han querido ir a votar, posiblemente incentivados por la entrada anterior o por la pésima actuación de nuestros políticos, cualquiera sabe, pero da igual, han ganado y punto. “Por mí, como si votan cuatro personas, mientras me elijan a mí” nos dijo el nuevo presidente del gobierno, que dedicó a su contrincante un sonoro “Te jooooodes” y un baile al más puro estilo chincha rabiña. “No es que sea tan creído, simplemente la política es así de dura”.

Mañana mismo Merkel visitará a Rajoy para explicarle de la manera más directa posible que él no mandará en España, simplemente tendrá que dejarse mover como un títere “y es lo que siempre he soñado” nos explica.

Para terminar, tenemos datos de primera mano que aseguran que Rajoy no cumplirá sus promesas, como suele pasar. “Al final estoy viendo yo que esto de regalar un piso a cada parado que me vote, no es posible, por lo que fingiré no haber dicho nada, es que se me calentó la boca” Pero Rubalcaba, como veterano político que se adapta a su nuevo cargo de líder de la oposición, ha empezado a decir que él, de haber salido elegido, habría regalado el Ferrari prometido a cada parado.

Definitivamente, la sensación de patada en los cojones que han sentido los españoles al ir a votar, tras ver el cartel de “Deposite aquí sus ilusiones” en el cubo de basura de la esquina, ha sido monumental, pero tranquilos, que el que entre, cuando vea lo que hay dentro, se va a cagar.

Ah, y saludos a los de IU, que aunque llevan más votos que CIU, tienen menos escaños. Viva la democracia o como lo llamen ahora…

Seguiremos informando.