Cuestión de herencia.

El peligro de los testamentos.

“El Benito tiene fama de gilipollas”.

Romualda Amacleta Martín, propietaria de Cuerdinsa, una empresa que se dedica a fabricar cuerdas de piano para asesinos en serie y a sueldo, falleció ayer durante la madrugada, dejando a todos los medios una extraña y llamativa noticias.

Romualda, viuda con tres hijos, realizó una visita a su notario horas antes de su deceso. “Llegó con aspecto de ida, como si no supiese dónde se encontraba o qué estaba pasando a su alrededor, y me trajo un nuevo testamento”.

Hasta entonces, los herederos del imperio de Romualda eran sus tres hijos, sí, los tres, incluso el Benito, que tiene fama de ser bastante gilipollas según una encuesta de La Sexta. Pero este nuevo testamento dejaba como heredero de todo a su mascota,  Valentín, un conejito blanco al que Romualda tenía gran cariño.

Tras la muerte, todas las alarmas saltaron cuando el testamento de la finada salió a la luz, el notario aseguró que le pareció muy extraño, pero que cuando le preguntó a la anciana si estaba segura de que quería hacer eso, le dijo “que sí, pero con voz como atontada”.

Tras comprobar los sucesos, un examen médico aclaró que la muerte “pudo ser cosa de que la mujer era anciana o que le sentó mal el cianuro del café, pero claro, que tampoco tenía nadie culpa de la mala tolerancia de la buena señora al arsénico”.

“Mis hermanos y yo estamos seguro de que mi madre no cambió su testamento por las buenas, sino que lo hizo condicionada por algo que le hizo Valentín, su mascota, que aprovecharía el amor que mi madre le profesaba y los poderes desconocidos que poseen los conejos” nos explica uno de los hijos.

“Se probaba un sombrero cuando lo encontramos”.

Pero la cosa no queda ahí, porque tras los sucesos, algunos de los trabajadores de la fábrica han asegurado que Valentín actuaba de forma extraña durante el día, antes de la muerte de su dueña.

“Iba en el regazo de Romualda, esta parecía como ida y ni siquiera nos golpeó con el látigo, cosa que le gustaba mucho. Pero más extraño todavía fue que el conejo reía como el malo de las pelis de espías, con un tono estridente y sin preocuparse por la gente que lo escuchaba”.

Debido a todas las pruebas, y la desconfianza generada por el colectivo de conejos desde tiempos inmemoriales (no olvidemos las pinturas rupestres en las que unos conejos torturaban a varios homo sapiens con astillas bajo las uñas y untos de aguarrás) llevó a los agentes a irrumpir en la mansión de la anciana, ahora de Valentín, para ponerlo bajo arresto.

“Lo encontramos en el despacho, se estaba probando un sombrero cuando lo detuvimos, trató de mordernos y todo, pero logramos reducirlo y encerrarlo en una jaula para transporte de animales”.

Sorprendentemente, hace poco Valentín fue declarado evadido de la prisión en que esperaba juicio, la forma de escapar lleva a los agentes a pensar que fue ayudado desde dentro.

“Es muy posible que la mascota de la señora de la limpieza tuviese algo que ver, pero no podemos dar más datos”.

La policía ha montado el operativo para atrapar a Valentín, se ha asegurado de poner bajo custodia a aquellos que declararon en contra del malvado animal y piden a la población que no se acerque a él si lo ven por la calle, podría ser peligroso.

Seguiremos informando.