Todavía no se sabe el motivo.
“El puñetero se tiraba hielo a las piernas”.
Cuando Ernesto Peralta se cansó, hace tres días, de la situación de
España, salió de su casa dando un sonoro portazo. Los vecinos, especialmente
una vecina curiosa, le preguntaron a qué lugar lo llevaban sus pasos furiosos,
a lo que Ernesto no quiso responder.
Vecinos, amigos, familiares y un tortuguita que tiró por el retrete
hace veinte años y que ha regresado para buscar venganza, lo han estado buscando
hasta que hace unas horas unos empleados de una gasolinera lo encontraron
sentado sobre un glaciar.
“Pues sí, la gasolinera financió una expedición para buscar hielo con
el que rellenar el congelador, y claro, fuimos en busca de aventuras y, sobre
todo, de hielo. Nos chocó mucho cuando llegamos encontrarnos allí a un señor
bajito, bigotudo y barrigón que nos instaba a irnos a tomar por culo” nos narra
uno de los empleados de la gasolinera.
Alarmados por la presencia del extraño hombrecillo, dieron la voz de
alarma a la Guardia Civil para informarles de su hallazgo. “El ecosistema es
muy sensible, e imaginamos que un tío medio en bolas sentado en medio de la
nieve, no podía ser bueno”.
Miembros de la Guardia Civil y unpar de curiosos se acercaron para
investigar el asunto, reconociendo a Ernesto como el extraño humano sentado
sobre un glaciar. “El muy puñetero se estaba tirando hielo en las piernas”.
Según fuentes, Ernesto Peralta explicó, de forma muy amable, que se ha
hartado de tanta pamplina y tanta tontería. Se ha despelotado y espera, sentado
sobre el glaciar, a quedar congelado. “Quiero ser como Disney, pero cuando me
despierte voy a tener menos dinero”.
La familia y varios amigos se han acercado al lugar en el que Ernesto
espera quedar congelado por completo, explicándole que de todo se sale y que
tal y que pum y que chin, pero Ernesto se niega a bajar de su glaciar.
“Si nos acercamos, el muy cerdo nos tira hielo”.
“Se tira hielo por encima y dice que ya empieza a notar que se le
congelan las piernas, pero que por lo demás se siente bastante bien” nos
explica uno de los familiares.
Por su parte, la gasolinera ha decidido utilizar a Ernesto como logo
para sus bolsas de hielo, por lo que su imagen desnuda puede dar la vuelta al
mundo “siempre y cuando algún camionero compre hielo y pasee la bolsa”.
Miembros de la Guardia Civil, de la Policia Nacional y del Bar Perico
el Cojo se han personado en el lugar para intentar evitar que Ernesto muera
congelado sobre un glaciar, sin embargo, la ley parece amparar a este señor. “No
hay en las leyes nada que impida que un señor se congele a sí mismo sobre un
glaciar”.
Los agentes no han podido desalojar a Ernesto de su glaciar porque “el
tío cerdo nos tira hielo encima, y está muy frío”. Se está estudiando enviar a
delegados de alguna entidad bancaria para desalojarlo de su posición porque “esos
tíos están más preparados y entienden más de echar gente”.
¿Podría ser Ernesto el próximo hombre congelado que encontremos en un
glaciar? ¿Despertará en un futuro lejano en el que los derivados del petróleo
(combustibles, plásticos, Ana Obregón…) ya no tengan un lugar dominante en el
planeta y todos usemos palitos de pescado para todo? ¿Es Ernesto un visionario
y logrará ver el final de la crisis cuando la tecnología avance para
descongelarlo, o tendrá que conformarse con que los efectivos de la Guardia
Civil lo saquen a collejas del glaciar?
Muchas preguntas para un tema espinoso, pero desde la redacción
confiamos en que Ernesto cumpla su objetivo… sea el que sea.
Seguiremos informando.
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