El caso del oso.

Los osos son malas personas.

"Le golpeó en el pecho". 

Benancio Traiguera acudió ayer a la guardia civil para presentar una denuncia debido a los extraños sucesos acontecidos en su casa horas antes de su visita al cuartel. Los agentes de la guardia civil, sorprendidos por la denuncia, se pusieron en contacto con los medios para cubrir la noticia, pero como todo el mundo está ocupado con el circo europeo, sólo quedaba Ex - Mundo e Intereconomía, pero como al presentador de Intereconomía le estalló recientemente una de las venas del cuello durante una jornada de debate sobre los homosexuales, sólo quedábamos nosotros.

Y es que la noticia es realmente llamativa. Según las palabras del propio Benancio, se encontraba en su casa viendo la tele con una cerveza de las que tienen ahora de oferta en Carrefur, mientras veía la tele tranquilamente.

“Estoy en el paro, no tengo mucho que hacer, teniendo en cuenta que he enviado mi currículo incluso a sitios que me da vergüenza admitir. El de la CEOE puede decir lo que quiera, pero los que no tenemos enchufe, no encontramos trabajo ni patrás”.

Fue cuando llamaron a su puerta  y Benancio, siguiendo el protocolo más común en estos casos, abrió sin preguntar de quién se trataba.

Al otro lado de la puerta, según aseguró Benancio a los agentes, se encontraba un oso pardo ibérico que, sin esperar invitación siquiera, entró en su casa, revolvió sus cosas y luego se subió sobre su sofá donde defecó el resultado de varias comidas consistentes en carroña. Acto seguido usó una publicación erótica para limpiarse. Tras eso, el oso volvió a la puerta donde un sorprendido Benancio lo miraba, le golpeó en el pecho y le dijo “¿A que no tiene ni puta gracia?” antes de marcharse para no volver.

"Posiblemente, todo sea un caso de venganza".

“Yo es que no comprendía muy bien qué era lo que había pasado, pero el otro día me pidieron desde el gobierno que hiciera una de esas obras sociales o esclavitud del parado, y me mandaron a realizar labores de limpieza en el parque natural de Somiedo, en Asturias, cosa que me pillaba bastante jodida porque yo soy de Sevilla, pero tuve que ir igual porque si no, me la liaban los del gobierno”.

Según parece, durante las labores de limpieza en el parque natural de Somiedo, Benancio sintió con fuerza la llamada de la naturaleza, y cuando estás a más de 800 kilómetros de casa, hay que buscar alternativas. Benancio se metió entre unos arbustos donde encontró un lugar apropiado, y entre las ramas descubrió unos ejemplares de revistas con fotos de osas, que usó para limpiarse cuando terminó de aliviarse.

“Es posible que todo haya sido un tema de venganza por parte de un oso, molesto ante la intromisión de un hombre en sus dominios, y es que es cierto eso de los osos son muy territoriales”.

La policía ya ha indagado en el autobús Sevilla-Somiedo de las 11:45, cuyo conductor afirmó que, efectivamente, había llevado a un oso. “Era grande y peludo, pagó en efectivo y no tenía bonobús, pero esa así como oscuro y peludo”, según las palabras del conductor.

Los agentes han empezado a buscar al oso antisocial para esclarecer los motivos, “el problema con los osos es que se tapan unos a otros, y aunque hemos organizado ruedas de reconocimiento con osos habituales y algunos sospechosos, Benancio todavía no ha podido distinguir al culpable, alegando que los osos para él son como los asiáticos, todos iguales”.

Desde la redacción, esperamos que el oso culpable sea arrestado, evitando así que esta historia se vuelva a repetir.

Seguiremos informando.

Retrato robot del oso realizado por la guardia civil, bueno, por un becario de la guardia civil.

Rogamos especial atención al aspecto fiero y despiadado en cada uno de los gestos.

Si lo ven por la calle, no duden en avisar a la policía.