El descubrimiento podría reavivar la polémica sobre el tema
de la vida fuera de nuestro planeta.
“No vemos algo así desde que Pedro Duque coló dos longanizas
en la estación espacial”.
El ser humano, desde el principio de los tiempos, se ha hecho tres
preguntas fundamentales, tres preguntas que han dirigido cada uno de los pasos
de nuestra evolución:
—¿Nos bajamos del árbol y le enseñamos el culo a los monos del otro
árbol?
—¿Estará más buena la carne si la ponemos en el fuego?
—Oye, ¿y si nos reproducimos?
Tres grandes preguntas que han significado la evolución de toda una
especie, que ha pasado de ser un puñado de monos estúpidos acostumbrados a
meterse un dedo en el culo y olerlo, a ser un poderoso imperio de seres
estúpidos acostumbrados a meterse un dedo en el culo y hacérselo oler a los más
débiles.
Pero no vamos a hablar de ninguna de las tres preguntas mencionadas
anteriormente, todo lo contrario. Vamos a hablar de una pregunta que, según
parece, está destinada a marcar un nuevo salto evolutivo en la especie humana:
—Oye, ¿vamos a meter las narices en otros planetas?
Y es que la noticia de hoy nos llevará directamente a un punto extraño
y distante, fuera de nuestro sistema solar. El telescopio orbital Ruperciano, durante uno de sus reportes
habituales a la Tierra, envió a la base de la Agencia Espacial Europea, sita en
Minglanillas, con los sorprendentes resultados del más sorprendente
descubrimiento que se ha hecho, hasta el momento, en toda la historia de la
humanidad.
Para que el lector comprenda la situación, hablaremos de un empleado
descuidado, encargado del control del telescopio orbital, y de su telenovela
favorita, “La Hasendada”. En el capítulo de ayer de “La Hasendada”, María de
Luisa descubrió que Julio Javier, su amor de toda la vida, a quién todos daban
por muerto en un accidente equino, no estaba realmente muerto, sino que estaba
herido y oculto en un sótano, en el que la criada Ana Cecilia y él retozaban
felizmente cada cinco horas y media.
Fue este descubrimiento el que hizo que Paco, encargado del control
del telescopio, golpease sin querer el teclado de mando, indicando al
telescopio orbital Ruperciano unas
nuevas coordenadas. “Lo había estado usando para obtener imágenes de playas
nudistas, pero lo que recibí con el reporte diario fue mucho más llamativo”,
nos explicó Paco, emocionado.
El telescopio apuntó todo recto dirección Betelgeuse, girando a la
izquierda durante algunos años luz…, y allí estaba, un planeta bautizado como Rupercio,
en honor al padre del telescopio.
La noticia de un exoplaneta no es tan sorprendente, ya sabemos todos
que hay muchos planetas más allá de nuestro sistema solar. Lo realmente
interesante está en que el telescopio orbital Ruperciano, que fue diseñado para detectar rastros de vida y
aperitivos bajos en grasas, ha localizado en la superficie del planeta lo que
parece ser, según los expertos, “un objeto con un alto porcentaje de harina y
levadura, con lo que parece ser una materia orgánica alta en grasas”, que
traducido literalmente viene a ser algo así como “un bocadillo de chorizo”.
“Es la primera vez que conseguimos detectar algo así fuera de nuestro
planeta, desde que Pedro Duque coló en la estación espacial un par de
longanizas”, nos cuentan desde la Agencia Espacial Europea.
“Es posible que encontremos bocadillos de chorizo en otros
planetas”.
Como es de esperar, Rupercio es un planeta demasiado lejano como para
poder obtener más datos sobre su superficie, aunque se sabe que posee, según un
informe, “una atmósfera rica en elementos que podrían sustentar la vida, agua
en estado líquido en 2/3 de su superficie, zonas de lo que parece ser una
vegetación abundante, merenderos en zonas elevadas, y extensas granjas donde se
crían cerdos de aspecto saludable”.
Es pronto todavía, según fuentes oficiales, para declarar que en
Rupercio pueda haber vida. “Estamos preparando el telescopio para intentar
localizar vida a nivel microscópico, que es lo que nos interesa, en cuanto al
bocadillo de chorizo, sería maravilloso pensar que ha sido creado por una
especie inteligente, pero es más probable que sólo sea un fenómeno provocado
por la compresión atómica en zonas concentradas de la atmósfera. De ser así,
podríamos encontrar bocadillos de chorizo en otros planetas”.
Ahora toda la atención se ha vuelto hacia Rupercio, el nuevo planeta
que podría albergar vida. La sociedad se ha dividido en tres grupos.
—Grupo 1: El grupo que considera que un cerdo de 400 kilos no sirve
como ejemplo de vida, si no se encuentran bacterias primero. “Hay que encontrar
vida a pequeña escala, luego ya, si la encontramos, entonces curiosearemos
sobre el tema de los cerdos que habitan las granjas”.
—Grupo 2: El grupo que considera que hay que poner todo de nuestra
parte para descubrir de qué se trata. Miembros de Ex — Mundo ya se han puesto
manos a la obra para enviar al espacio a algunos gordos para que “a fuerza de
hambre, lleven el vehículo hasta el bocadillo de chorizo, y analizar in situ la
viabilidad de la atmósfera, y el sabor del bocata”.
—Grupo 3: El grupo más extenso, un grupo al que lo que más le importa
en estos momentos es formular una nueva pregunta: ¿Qué pasará en el próximo
episodio de la telenovela “La Hasendada”?
Seguiremos informando.