Atención, la redacción de Ex – Mundo advierte: Este piriódico no es apto para su lectura durante la conducción de maquinaria pesada, vehículos por autovía, durante la ingestión de alimentos sólidos o en situaciones de peligro extremo. Con este aviso deseamos evitar más muertes, gracias por su atención.

martes, 26 de julio de 2011

Asustaviejas.


No, no es una nueva de Almodóvar.

"Paseaba por el pasillo en moto".

Aunque se rumorea que está escribiendo un guión, y es que la historia de Rapiñáguez es digna de acabar en el celuloide. Banquero de profesión, prevaricador inmobiliario en sus escasos ratos libres y amante del dinero, que ha sufrido las iras de una anciana en sus propias carnes.
El pobre Rapiñáguez sólo tenía un sueño, un mundo nuevo, un lugar mejor… al menos, para él. “Mi pobre marido, sólo quería comprar el edificio, que estaba viejo ya y lleno de pensionistas, y claro, si hacía un edificio de oficinas, pues se forraba aún más”.
Todos conocemos la típica historia de estos romances a los “peli americana”. Desalmado conoce edificio, edificio está habitado por gente de pocos medios, desalmado limpia edificio y, finalmente, desalmado se vuelve mucho más rico y asqueroso que antes.
Ese era el plan de Rapiñáguez, padre de familia, chorizo de la calle y aficionado al dinero. Desgraciadamente, en toda historia hay una persona malvada, en esta, la malvada anciana, Romualda. De 68 años, viuda de un boina verde y con hijos en todos los cuerpos de operaciones especiales, la mujer nunca tuvo miedo de nada.
“Probamos con todo, empezamos haciendo ruido en la calle para cansar a los viejos, luego soltamos ratas, tiramos basura al edificio, amenazamos puerta por puerta, dejamos gatos muertos en las entradas…” explica uno de los socios del banquero.
Todos los vecinos, cansados y hartos de aquél sinvivir, vendieron sus propiedades y abandonaron el edificio, Romualda no, se quedó como un baluarte infranqueable. “Metimos a todo tipo de delincuentes para espantarla, pero la señora se limitaba a mirarlos mal cuando iba por las escaleras”.
Se rumorea que el propio Rapiñáguez se paseaba por el pasillo montado en una Harley para armar jaleo.
“Al final, nos cansamos, y nuestro querido amigo se decidió por entrar en el piso de la señora para espantarla, disfrazado de fantasma ladrón con un bate de beisbol para asustar a la mujer. Ayer noche nos decidimos por hacerlo y ayudamos a Rapiñáguez a subir por el patio hasta la ventana de Romualda”.

"Le acertó en la rabadilla".

Según el informe del forense, cuando la señora vio delante de su cama a un fantasma ladrón armado con bate, lo primero que hizo fue fijarse en las pantorrillas peludas, descartando la naturaleza sobrehumana de lo que tenía delante. Según fuentes, abrió la mesilla de noche, sacó la plancha y la lanzó contra la figura que cayó al suelo en el acto.
No contenta con lo sucedido, la señora colgó al supuesto caco por los pies, advirtiéndole, cuando recuperó la consciencia, de que sería malo para él si intentaba escapar.
“Escapó, logró soltarse y, buscando venganza, regresó a la habitación”.
Allí lo esperaba Romualda, que volvió a abrir la mesilla de noche y sacó el CETME de su marido, disparó tres veces contra el supuesto ladrón, acertándole dos disparos en el pecho y el tercero, de manera increíble, en plena rabadilla.
Rapiñáguez murió en el acto, en su entidad le han levantado una estatua para recordar a un banquero entregado a su trabajo y sus principios. Por otra parte, el gobierno de España asegura que Romualda debe ceder gratuitamente su edificio después de lo sucedido. “Tiene más delito matar a un hombre adinerado que a un pobre”, explicó Zapatero con su gesto para los enfados.
Por el momento, Romualda ha pasado a estar bajo vigilancia policial pero sus hijos, que la han visitado para ver cómo se encuentra tras la experiencia, están habitando el edificio.
“Yo con esos no me meto, son como roperos”.
Seguiremos informando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Lector, puedes comentar, y no te preocupes si no tienes nada importante que decir, puedes insultar también o mandar amenazas... en Ex-Mundo, estamos acostumbrados.